Fátima

El 13 de mayo de 1917 tres pastorcitos portugueses, Lucia -de 10 años-, y sus primos Jacinta y Francisco -de 7 y 8-, llevaron a sus ovejas hasta Cova de Iria, a dos kilómetros de Fátima, una remota aldea de las colinas del centro de Portugal.  

Los niños jugaban cerca de las ovejas cuando un relampago enorme interrumpió la diversión. Reunieron el rebaño y decidieron poner rumbo a casa. El cielo se iluminó una segunda vez y, tras el estallido, comenzaron a ver una luz blanca que se escondía entre los árboles. Se acercaron y descubrieron sobre una encina «una Señora vestida de blanco, más brillante que el Sol, esparciendo luz más clara e intensa que un vaso de cristal lleno de agua cristalina atravesado por los rayos de sol más ardientes». 

La Señora resplandeciente les dijo que volviesen todos los días 13 de cada mes a la misma hora, hasta el mes de octubre en el que la Señora del Cielo, como ellos la llamaban, revelaría su identidad. El mes siguiente, el 13 de junio de 1917 los niños volvieron acompañados de un grupo de curiosos.

«Quería pedirle que nos llevara al Cielo», pidió esta segunda vez Lucía. «Sí; a Jacinta y a Francisco me los llevo en breve -le respondió la Virgen-. Pero tú quedas aquí algún tiempo más. Jesús quiere servirse de ti para hacerme conocer y amar». Dos años después falleció Francisco y un año más tarde, Jacinta, aquejados de una gripe fulminante. Estas profecías se hicieron realidad, demostrando que la Señora conoce el futuro.

 El Milagro del Sol

El 13 de octubre de 1917 se reunieron unas 70.000 personas en Cova de Iria para esperar la que sería la última aparición de Fátima.

Y la Señora, fiel a Su palabra, cumplió con creces las espectativas y más, cuando delante de los 70.000 testigos se prudujo la danza del sol. Ese día llovía a mares y llegado el mediodía la gente dudaba ya de que la Virgen acudiera a la cita. Pero lo hizo, y en un momento dado Lucía dijo: "Guarden sus paraguas", y a los otros dos niños les dijo: "Ya viene Ella, he visto el resplandor".

En un instante se detuvo la lluvia y la Virgen dijo: “Soy la Señora del Rosario y vengo a advertir a los creyentes que se conviertan y pidan perdón por sus faltas”. Después agregó: “Quiero que me construyan una capilla en este lugar”, y acabó anunciando que la (Primera) Guerra Mundial iba a terminar pronto.

Antes de irse, la Señora señaló al sol. En aquel lugar había fieles católicos, pero también protestantes y ateos que habían llegado para denunciar la falsedad de las apariciones. Todos vieron al astro empezar a "bailar" en el cielo, y después dio la impresión de que caía, ante el terror de la multitud, para luego volver a su lugar.

Además de esto, algunos testigos contaron que el suelo y la ropa que estaban mojados por la lluvia, se habían secado al instante milagrosamente. Estos sucesos salieron en los periódicos e incluso existe una filmación breve del baile de sol.

Los mensajes de la Virgen de Fátima

La Señora dijo que Francisco y Jacinta no vivirían mucho tiempo después y que se los llevaría al cielo. Así sucedió dos años más tarde, quedando sola Lucía dos Santos para darla a conocer al mundo.

En 1917 anunció que la Primera Guerra Mundial iba a terminar pronto. En efecto un año más tarde, el 11 de noviembre de 1918 terminó la llamada Gran Guerra.

Además, La Señora habló de otra guerra aún peor que comenzaría durante el pontificado de Pío XI. Y acertó. La Segunda Guerra Mundial estalló en 1939.

El 13 de julio de 1917 en la Cueva de Iria, la Virgen reveló lo que se conoce como la "profecía de Fátima". Esta profecía está formada por un Secreto divido en tres partes que fue comunicado a Lucía dos Santos. Según el informe, Lucía palideció y gritó de miedo llamando a la Virgen por su nombre hasta que hubo un trueno y la visión terminó.

La tercera parte del secreto

La tercera parte del secreto de Fátima consta de dos: la visión y unas "palabrihnas" (palabritas)

La visión de la tercera parte del secreto

«Y vimos, en una luz inmensa que es Dios, algo semejante a como se ven las personas en un espejo cuando le pasa por delante un Obispo vestido de Blanco; tuvimos el presentimiento de que era el Santo Padre. Varios otros Obispos sacerdotes, religiosos y religiosas subir una escabrosa montaña, en lo alto de la cual estaba una gran Cruz de troncos toscos, como si fueran de corcho con la cáscara; el Santo Padre, antes de llegar ahí, atravesó una gran ciudad medio en ruinas, y medio tambaleante, con andar vacilante, desconsolado de dolor y pena, iba orando por las almas de los cadáveres que se encontraba por el camino; llegando a lo alto del monte, postrado de rodillas a los pies de la gran Cruz, fue asesinado por un grupo de soldados que le dispararon varios tiros y flechas, y así mismo fueron muriendo unos tras otros los Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas y varias personas seglares, caballeros y señoras de varias clases y posiciones».

En una conferencia de prensa en el año 2000, el entonces cardenal Ratzinger, hoy papa Benedicto XVI, dio una interpretacion del secreto fijándolo en el pasado, al asociarlo con el atentado del que fue víctima el Papa Juan Pablo II. Pero esta interpretación presenta un problema técnico de profundo calado: el Papa Juan Pablo II no murió en el atentado, sino que se recuperó, y en la profecía se habla de que el Papa cayó muerto. Lo cual significa que esa profecía está aún por cumplir que Nuestra Señora hablaba de algo que no ha sucedido todavía. 

Las palabras del tercer secreto

Esas palabras que tanto se han escondido, manipulado y atacado, hablan del cisma de la propia iglesia católica desde la cumbre, desde el mismo Papa. Una infiltración dentro de la iglesia, tal como dijo en 1972 el papa Pablo VI: el humo de Satanás ha invadido los pasillos del Vaticano.

Esta parte del secreto, las llamadas "palabritas", no fue revelada por el Vaticano en el año  2000. ¿Qué es pues, tan terrible que el Papa Juan XXIII se negó a leer el secreto en 1960 y en 2000 se asocia su interpretación con una hipótesis sin fundamento?

Cabe pensar, pues, que la revelación de la Tecera parte del Secreto que hizo el entonces cardenal Ratzinger, queda imcompleta o ha sido omitida y manipulada. Su comunicado parece trivial, comparado con la rotunda negativa que dieron los Papas anteriores a revelarla. El propio Juan Pablo II había comparado el contenido del Secreto a catástrofes de gran magnitud, es lógico pensar que la verdad sigue aún oculta y sólo la conoce el Vaticano.

Sin embargo, los propios hechos que saltan en los cotidianos medios de comunicación van mostrando el cumplimiento de la parte que sí sabemos y además, como dijo Jesús, no hay nada oculto que no haya de ser manifestado.

Los pequeños videntes de Fátima

En 1917 la República gobernaba en Portugal y tras las primeras apariciones los niños fueron encarcelados por el alcalde de Vilanova de Ourém. Estando separados, seguían afirmando la veracidad de lo que habían visto y a pesar de las amenazas de muerte y las presiones que recibieron, los niños se mantuvieron firmes y serenos y no le comunicaron el Secreto que éste tenía tantas ansias de conocer.

Lucía, Francisco y Jacinta

Fátima hoy

Cada año, unos 6 millones de personas visitan Fátima, creyentes y no creyentes, católicos y no católicos, curiosos y devotos, excépticos y fanáticos se unen en este maravilloso lugar. El fenómeno de las apariciones de Nuestra Señora es Universal y concierne a toda la humanidad.

La encina de la primera aparición


Algunos piensan que las apariciones de Fátima tienen su continuidad en las de San Sebastian de Garabandal, España. ¿Tal vez a eso se refería la Virgen cuando dijo: 

"Nos vemos en San Sebastian de España"?

Vídeo de la visita al Santuario de Fátima



La danza del sol



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