De todos los casos que he estudiado hasta ahora, es el de las apariciones de la Virgen en Ezkioga es el que me ha resultado más complicado, por el cúmulo de circunstancias históricas y el número de videntes que llegó a ser exagerado.
Cualquiera que se acerque al tema de Ezkioga, tendrá una visión nebulosa de la realidad si no se zambulle en los documentos y los desmenuza para tratar de hallar una conclusión esclarecedora. De hecho, yo creo que haría falta escribir por lo menos un libro, para tener los múltiples hechos de Ezkioga en la perspectiva correcta, dentro del marco de la convulsiva historia de España en aquellos momentos.
Si las apariciones de Ezkioga tienen alguna singularidad, es la de haber sido atacada por tantos flancos y con tanto ensañamiento; por un lado la Iglesia Católica por el otro el gobierno de la Segunda República y más tarde por los franquistas.
Ezkioga es un pequeño pueblo del norte situado en el corazón de Guipúzcoa, en el País Vasco español. La lengua que se habla es el euskera, el idioma del País Vasco Español y del País Vasco Francés. Las apariciones tuvieron lugar en el monte Anduaga, a unos tres kilómetros del pueblo. Se accede a este lugar con toda facilidad desde la carretera que va en dirección a Francia.
La situación de España en 1931
Tras las elecciones muncipales, se proclama la segunda republica el 14 de abril de 1931 y el rey Alfonso XIII abdica y sale de España.
Una ola de violencia contra el clero, desencadena centenas de incendios de iglesias y conventos en Madrid, Málaga y otras ciudades. Los creyentes se sienten inseguros ante la incapacidad de la República de controlar la violencia.
Por otro lado, las huelgas de los trabajadores que reclaman justicia laboral, son brutalmente reprimidas, causando muertos y heridos.
La aparición fundadora de 1931 y los primeros videntes
En Ezquioga, la aparición fue vista por los hermanos Antonia Bereciartua de 11 años y Andrés de 7, al crepúsculo vespertino, del 30 de junio de 1931 cuando iban muy de mañana a por leche por el campo de Anduaga. Nueve días antes vió también a la Virgen en Aguerrezabal, Ignacio Galdos, terrateniente y concejal de Ezquioga, quien habiendo contado su visión al ecónomo y a otras personas, le burlaron. Por esto él enmudeció.
Antonia soltó la marmita de leche y se sentó un momento a descansar, y Andrés se quedó de pie junto a ella. En esto Antonia volvió la vista hacia un grupito de robles de la colina y vio encima de uno de ellos, a la Virgen.
-¡La Madre Virgen! Mira Andrés –le dijo a su hermano.
El niño volvió la cabeza y la vió también.
El pequeño Andres solo hablaba euskera y no sabía leer, pero más tarde se hizo con un reloj y aprendió el solo a leer la hora, pues la Virgen venia siempre a las ocho y él la esperaba con impaciencia.
Los dos hermanos se arrodillan inmediatamente, y rezan juntos el "Ave María". Mientras rezan, la Virgen les mira sonriendo. Una vez terminado el rezo, desaparece la visión.
La Virgen iba vestida de blanco y cubierta de un manto negro. Tenía una corona semicircular luminosa y un cúmulo de estrellas brillaba en sus cabellos. Llevaba en el brazo izquierdo al Niño Jesús, vestido de blanco, y en la mano derecha una cosa que parecía un pañuelo.
Cuando los niños volvieron a su casa, se encontraron con su hermana mayor de 16 años, le contaron lo que habían visto y no creyó. Se enteran los padres y tampoco creyeron.
Entonces salieron los niños a la carrera y vieron de nuevo a la Virgen pero sin el Niño. Lo dicen y nadie se lo cree. Ellos, sin embargo, creen firmemente, y al día siguiente volvieron al robledal, poco después del Ángelus. La vieron sola sin el Niño. Se acercaron a ella corriendo y cuando tocaron el roble desapareció la visión.
Pero la lechera llevó la noticia al párroco de Zumárraga, Antonio Amundarain, quien de inmediato interviene en el asunto, llevando a cabo una prueba de la verdad: un sacerdote acompaña a Antonia en el robledal y otro acompaña a Andrés a la otra falda de la colina. Tras las visiones que tienen de forma simultánea, se les interroga por separado y su relato es coincidente.
La niña de once años tuvo visiones durante todo el mes de julio, en las que decía ver a la Virgen, pero no consta que recibiera ningún mensaje. Tras esta experiencia se encierra en un hermético mutismo. Por su lado, el pequeño Andrés siguió viendo a la Virgen durante años, y puede que por no poderse comunicar en castellano, su caracter se volvió poco comunicativo y arisco.
Es muy complicado evaluar las reacciones de los niños, si pensamos en que posiblemente estuvieran obedeciendo a sus padres y a la vez siendo sometidos a una presión que les desbordaba. En cualquier caso, ellos permanecieron fieles a lo que habían visto, hasta el final.
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Andrés y Antonia Bereziartua |
A partir de la primera semana, Andrés y Antonia son dejados de lado
La noticia de prensa de que los pequeños Antonia y Andrés habían visto a la Virgen en un robledal, atrae a las masas, pero la reserva de Antonia y el caracter arisco del pequeño Andrés, hace que pierdan el interés para el público y la prensa. Según los testigos, estos primeros videntes eran inocentes y estaban libres de cualquier manejo posterior. Pero muy pronto un nuevo grupo de videntes toma protagonismo, apropiándose de las apariciones y "estropeandolo" todo.
El rosario y la espada, la predicción del la guerra civil española y los segundos videntes
Ante el ambiente hostil y la creciente tensión e incertidumbre por los acontecimientos políticos y sociales y las revueltas, Nuestra Señora elige presentarse con atavíos oscuros y signos de dolor. Su misión es aquí advertir, avisar de la guerra inminente y por ello se presenta con una espada en una mano. En la otra mano lleva el rosario, símbolo de la oración y alternativa a la violencia.
Mensaje de 1931. "Dentro de cinco años justos se iniciará una guerra entre católicos y no católicos. Un angel salvador será el destructor de la república."
Cinco años más tarde, se inició la guerra civil española, quedando destruída la República, por lo que no sólo predice la fecha del acontecimiento, sino también el bando ganador.
Benita Aguirre
La vidente Benita Aguirre tenía nueve años cuando comenzaron los éxtasis. Era una niña de buena salud, extremada sensibilidad, ecuánime mentalidad, muy despabilada, de honestas costumbres, simpática, piadosa y apreciada de cuantos la conocían.
El 11 de julio de 1931 vio: "a una Señora, era guapísima y llevaba en una mano un pañuelo y en otra una espada,… vi que daba vuelta un poco al pañuelo, en una de cuyas puntas se leía con letras bordadas, color lila: Paz en la tierra"
El 29 de julio, "me pidieron interrogase a la Visión cómo quería que se la llamara", y la Visión dijo a Benita un nombre. Benita se va a casa acompañada de su madre y allí le dice: "me he llevado una gran desilusión, pues creí que en Ezquioga se me aparecía la Virgen, y resulta que es "Mater dolorosa". Mamá se echó a reír por la gracia que la causó mi ignorancia del significado, el cual me explico y quedé convencida."
El mismo 29 julio 1931. "Le pregunté si me hablaría al día siguiente, y me contestó que sí. En efecto, el día 30 me habló. ¿La pregunté quién era? Y me contestó: "Soy la Madre de todos".
Al final la Iglesia Católica la reprobó y el obispo Mújica le negó a Benita los sacramentos.
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Las videntes María Recalde y Benita Aguirre |
Opinión de los médicos
El Doctor Gregorio Marañón, enviado por el gobierno de Madrid para estudiar los hechos de Ezquioga dictaminó: "He estado examinando desapasionadamente lo que ocurre aquí y puedo afirmar que los médicos nada tenemos que hacer aquí, porque los fenómenos habidos en los videntes, no pertenecen a la ciencia patológica. Pertenecen a otros estudios que a mí no me competen. Que vengan los competentes y vean si los alcanzan".
Los desvíos. Los falsos videntes. Los promotores
El sacerdote Antonio Amundarain dirigía los rezos cotidianos en el lugar exacto en el que se había aparecido la Virgen por primera vez. Allí se llegaron a concentrar hasta 70.000 personas en un día y los nuevos videntes declararon recibir mensajes de la Virgen y empezaron a hablar de milagros.
Una de estas videntes, Ramona Olazabal, había prevenido a sus allegados para que llevasen pañuelos, pues la Virgen le había anunciado que iba a ser estigmatizada. Un exámen médico posterior, corroboró que las heridas habían sido provocadas por una hoja de afeitar, hoja que un testigo había encontrado en el preciso lugar en que Ramona había sufrido los presuntos estigmas.
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Ramona Olazábal en éxtasis y el obispo de Barcelona, mirándola. |
Por ello el sacerdote Amundarain fue severamente amonestado por la Iglesia y retirado de la escena.
El franciscano Burguera, concluye en su libro que de los cerca de 200 videntes que fueron apareciendo, solo 25 eran confiables, el resto eran contagiados por el clima psicológico o actuaban.
Tras la ausencia del sacerdote Amundarain, otros personajes entraron en acción, entre ellos Carmen Medina y Garvey, aristócrata monárquica de Sevilla, y a finales de 1931 comenzaron a acercase visitantes procedentes de Cataluña, llegando en autobuses a Ezkioga.
Tanto unos como otros, estos llamados promotores, dirigían la acción de los videntes según sus intereses políticos. Y también se inició pronto el negocio de las estampas y las reliquias.
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Carmen Medina y Garvey, delante del automóvil, al pie de la colina de las apariciones |
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Arriba: lo catalanes que venían en autobús. Abajo: los videntes en éxtasis |
La oposición del Partido Nacionalista Vasco
En un principio el Partido Nacionalista Vasco era favorable a las apariciones, incluso corría el rumor de que la Virgen llevaba el estatuto de Estella bajo el brazo.
Pero más tarde las reprobó porque eran para España y no sólo para el País Vasco.
La oposición de la Republica
Como el número de personas que llega a congregarse en Ezkioga era tan importante, el caso de Ezkioga fue presentado en las Cortes de Madrid como un peligro, y Manuel Azaña, ministro de la guerra, dijo: Hay que destruir a Ezkioga.
A nivel local, no dudaron en enviar al manicomio u hospital psiquiátrico de Mondragón a ciertos videntes, quienes, si bien algunos habían fracasado al anunciar milagros y prodigios que no llegaron a cumplirse, no merecían tan duro destino.
La oposición de la Iglesia Católica. La Iglesia y el Gobierno de la República se alían para frenar las apariciones de Ezkioga
La Iglesia no investigo las apariciones de la primera semana ni a los dos primeros videntes, sino que centró los informes en el segundo grupo de videntes. Con esta visión parcial se pronuncia en contra y desaprueba todo hecho sobrenatural en Ezquioga.
El obispo Mújica envía el informe sobre las visiones de Ezkioga al Santo Oficio de Roma en 1934, quien desautoriza las apariciones. Desde ese momento Ezkioga se convierte en un lugar proscrito.
Mújica persiguió las apariciones con dureza, reclamando incluso la intervención del estado para frenar las apariciones, y sus prohibiciones no se levantaron hasta 1952.
El sacerdote Laburu, jesuita y médico-psicólogo que daba conferencias en contra de las apariciones comparando a los videntes con enfermos psiquiátricos, fue el encargado de redactar el informe parcial que sirvió como base para la desaprobación de las apariciones de Ezkioga por la Iglesia Católica.
La oposición del gobierno de Franco
Aún después de haberse cumplido la profecía de que estarían en el bando ganador ,y tal vez instigados por la Iglesia, el gobierno franquista inició una ofensivas contra videntes y creyentes de Ezkioga con destierros y deportaciones, detenciones y multas.
El libro del sacerdote franciscano Burgera, defensor de las apariciones
Su libro Los Hechos de Ezkioga, de 795 paginas que la jerarquía de la Iglesia Católica prohibió imprimir, fue editado en Valladolid, en el año 1934.
Es impresionante comprobar a través de este libro cómo se han cumplido al pie de la letra todas, o si no todas, las más importantes predicciones que en el mismo se anuncian y, entre ellas, la muerte en accidente de automóvil del obispo de Oviedo en dos éxtasis similares, uno de ellos expresado en castellano y otro en euskera. La predicción figura en el citado libro editado en el año 1934 y el prelado murió trágicamente en el año siguiente.
También en esta obra se anuncia que perdería el rebaño y quedaría ciego el obispo Mújica si condenaba las apariciones. Y retirado de todo y ciego vivió hasta su muerte, acaecida en Zarauz.
El libro fue quemado públicamente y el sacerdote Burguera fue encarcelado.
Mensajes y profecías
"Hija, Yo, Madre de misericordia, he venido a la tierra para avisar a los míos que se preparen: pero, ¿ves? ¡Qué poco de esto consigo! Mis hijos me vuelven las espaldas."
Su mensaje central es de advertencia de que España va a sufrir una gran guerra y recomienda rezar para evitarlo. "Rezad solamente el rosario puede salvaros de estos males." –dijo la Virgen.
Y muestra en visiones campos llenos de muertos, bolas de fuego en el cielo (bombardeos) y desolación. Algo que sucedería más tarde en todo el país y en Anduaga, cuando los campos quedaron llenos de muertos
Cinco años después del mensaje de 1931 se desata la Guerra Civil Española con ese trágico fin, pero ya cuando las autoridades de la Iglesia había arrasado con los vestigios de la aparición.
El vidente Luis Irurzun declaró en abril de 1936 que la Virgen le había comunicado la inminencia de un alzamiento militar, y como podemos leer en la historia, el día del alzamiento nacional fue el 18 de julio de 1936, marcando el inicio de la guerra civil española.
Por consejo de la Virgen, Luis decidió pasar por los montes de Ataun, fue detenido por los sublevados y estuvo a punto de ser fusilado, pero al reconocerle el párroco de Lezaun, quien había estado en Ezkioga, pudo salvar la vida.
Otros mensajes se refieren a un futuro más lejano.
Sobre España
"La pobre España que palmo a palmo ha sido conquistada por la Cruz se ha convertido en un pueblo de ilotas (subyugados, o esclavos), que corre al precipicio y lucha por romper sus tradiciones, su historia y su propia manera de ser"
"Ah, España, España, ciega nación, escucha la voz del Señor que te destina para ejecutar en ti sus grandes justicias; ¿no ves en el fondo de esa tenebrosa atmósfera que rodea un iris de paz, una aurora de alegría? Quita tu voluntaria ceguera; mira que vendrá, un día no lejano, Aquél que te juzgará. Ay de ti, gobernador inicuo… Preparaos, preparaos, vienen tiempos aterradores. ¡Oh qué ingratos son los hombres!, ¡cuán poco me corresponden!… Pronto te llevarán las rojizas olas con bramidos aterradores a la ola impía que reposa en España, y mis apóstoles ingratísimos están sentados sobre ella…"
"Escuchad, oh pueblos, que habitáis España... Tiempo vendrá en que gozaréis de la verdadera y antigua libertad, pues destruida será la libertad falsa de que se están sirviendo estos impíos. El gobierno tiránico será aniquilado, a pesar de sus terribles esfuerzos, y la verdadera religión florecerá en toda España."
"¡Ay de ti, España! Naciones se reunirán en ti y tus hijos más ilustres serán dispersados. Es seducida España por el mal gobierno. Aquí los pájaros han hecho su nido. La Monarquía está llena de engaños y asechanzas (esta profecía es de los años treinta, en plena segunda República cuando el rey Alfonso XIII ya había salido de España, luego se está refiriendo a la época actual en que el país tiene a la Monarquía como forma de gobierno). Las noblezas se han deshecho en vanas palabras. Sólo habrá paz en España mientras Yo reine, por medio del gran Monarca, el Rey de todo el mundo, el rey escogido por Mí."
"Díjome Jesús: serán señales precursoras de la guerra, la tibieza religiosa y la corrupción de costumbres, el vicio tenido como virtud y la virtud por vicio, los creyentes tenidos por locos y los incrédulos por iluminados... las cosas llegarán al colmo, pero cuando la mano del hombre no pueda más y todo parezca perdido, Yo pondré mi mano y arreglaré las cosas."
Mención a la ciudad de Sevilla
- "Los primeros que pertenezcan a la orden de los Crucíferos serán de la ciudad de Sevilla, en la cual abunda mucho la iniquidad, los vicios y los pecados. Se trocarán los de esta ciudad de mal en bien, de rebeldes a Dios, en siervos suyos fidelísimos y fervorosísimos. Será tal ciudad amada de Mi Sagrado Corazón y del Gran Monarca."
Sobre la República y la Tercera República
- "Esta república impía que reposa en España, cuya aparición ha sido señal de castigos venideros, pronto será totalmente arruinada; mas, aún vendrán tiempos peores (aquí parece hablar de una nueva Tercera República o de un nuevo comunismo). Los comunistas se apoderarán de España y sacarán fuera de ella a los buenos y mientras los buenos estéis fuera, castigaré cruelmente a toda España sin temer a nada. Los buenos tendréis que huir a los desiertos, mas os declaro que no sufriréis hambre, pues, Yo os alimentaré. Después en los desiertos donde estéis se harán casas y se poblarán. Allí en el desierto conoceréis al que después tiene que reinar. Después que paséis tres años y medio en el desierto, podéis venir otra vez a España, pues habrán pasado para entonces los castigos. (La guerra civil española duró tres años y medio.) Y es en este tiempo en el que vendrá el Reinado del Sagrado Corazón de Jesús, pero este reinado será interior."
Sobre los curas
"En esta época los curas serán los peores. El Gobierno les ha dicho que les quitará las iglesias y esto será lo que les sublevará, siendo esto un castigo por no saber cumplir con su ministerio. Que hay muchos que están deseando vestir de paisano, porque, antes de cumplir con la obligación que tienen, se ocupan de política, círculos y reuniones."
"La causa de aparecerme en Ezquioga está en la defección de los ministros de mi Hijo, que no atienden, como es debido, a sus iglesias; y por esto me procuro otras almas queridas, a fin de que trabajen, en lo que ellos olvidan."
Terremotos, pandemias y castigos
- "Habrá terremotos, empezando en el extranjero y después en España… El fuego destruirá las cosechas… En el primer año habrá hambre y muchos se condenarán. En el cuarto año empezará a haber cosechas, después irá mejorando. Los niños más pequeños morirán en brazos de sus madres. Los malos que hagan un acto de arrepentimiento al morir, no les servirá de nada porque no será de contrición sino por miedo al castigo. Llegará un día en que dando un paso, encontraremos un muerto y dando otro, otro muerto, de tal manera que abrirán caminos con los cadáveres, como se abren cuando hay nieve. París será carbonizado, Marsella tragada por el mar, Cataluña tiene sobre sí mucha carga; Madrid, Barcelona, San Sebastián y Málaga son las que tienen más carga… habrá una enfermedad contagiosa de la que morirá mucha gente… durante el castigo los hombres serán muy malos y se olvidarán de Dios. Después reinará Cristo. Habrá tres grandes castigos y además tres grandes milagros. Dichoso el que muera en el primer castigo."
Conclusión
En los hechos de Ezkioga distinguimos con claridad a tres grupos de videntes: los dos niños de la aparición fundadora, Andrés y Antonia, el segundo grupo compuesto por los videntes más o menos inspirados que vinieron después como la niña Benita Aguirre, Maria Recalde y Luis Irurzun, y un tercer grupo de falsos videntes que simulaban estar viendo algo o mostraban estigmas provocados por ellos mismos.
Y aunque algunos de los videntes fueron duramente castigados con la cárcel y el manicomio u hospital psiquiátrico, destierros y multas por parte de los gobiernos y la reprobación de la Iglesia en 1934 quien llegó a negar los sacramentos a los videntes, amenazando con la excomunión, algunos creyentes se siguieron reuniendo de manera clandestina.
A partir de 1952 el obispo de la nueva diócesis de San Sebastián permitió las oraciones en el lugar de las apariciones, aunque no certificó su veracidad
Y en vista de todo esto cabe preguntarse ¿cuales eran las intenciones de Nuestra Señora? Si con tanta persecución su mensaje no pudo quedar claro o fue tan brutalmente silenciado, aunque es innegable que muchas profecías fueron cumplidas y hasta es posible que algunas se cumplan aún, ¿Qué quería decirnos la Virgen?
A fin de cuentas estaba en Su montaña sagrada, como Ella misma había dicho, y es lo que se percibe al mirar a la colina de Anduaga. En otras apariciones, pide hacer mucho sacrificio, como dijo en Garabandal, pero no olvidemos que la palabra sacrificio proviene del latín sacrum facere que quiere decir hacer santo, santificar, transformar en santo algo que proviene de lo profano.
Creo que es evidente que el primer mensaje es para la oración, y luego la advertencia, el aviso de la guerra inminente, para terminar con unas palabras de esperanza. Y aunque en Ezkioga, la Mater Dolorosa, la Madre de todos fue tan perseguida, Ella siguió presentándose en otros lugares en el País Vasco, en España y en el mundo entero, y así, a su espíritu de sabiduría sutíl no lo pueden detener. Ella sigue viajando y con paciencia comunicando, a quienes quieran escuchar.
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Subida a la ermita de Ezkioga |
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